Las emisiones de carbono están alcanzando niveles sin precedentes. Durante los últimos años se han observado los eventos más calurosos de la historia y las temperaturas invernales del Ártico han aumentado hasta 3 °C desde 1990. Los niveles del mar están en crecimiento constante, los arrecifes de coral desparecen y ya podemos ver el impacto del cambio climático en la salud a través de la contaminación del aire, los episodios atípicos de calor y sus consecuencias en el sector agro-alimentario.
Los impactos del cambio climático son un riesgo global y están teniendo consecuencias en la vida de cada uno. Las economías nacionales se ven afectadas, lo cual nos está costando caro y resultará aún más costoso en el futuro.
Sin embargo, se empieza a reconocer que ahora existen soluciones factibles que nos permitirán dar el salto a economías más limpias y sustentables.
Los últimos datos indican que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C.
El último cuadro legal disponible es el Acuerdo de París, un marco normativo preciso y viable que detalla las medidas a tomar para reducir nuestro impacto sobre el clima. Sin embargo, este acuerdo no será eficaz si no se acompaña de acciones concretas y conjuntas..
El Secretario General de la ONU, António Guterres ha invitado a todos los líderes del mundo para que acuden a Nueva York el 23 de septiembre 2019 con programas concretos y realistas para 2020, con la idea de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en los próximos diez años y a cero para 2050.
La Cumbre reunirá a gobiernos, empresas privadas, la sociedad civil y otras organizaciones internacionales para proponer soluciones aplicables en seis áreas:
- La transición hacia energías renovables;
- Infraestructuras y ciudades sostenibles;
- La agricultura y ordenación sostenible de nuestros océanos y bosques;
- La adaptación a los impactos climáticos;
- La armonización de financiación pública y privada
Para estar seguro que las acciones implementadas tengan el mayor impacto en la economía real, el Secretario General ha priorizado las siguientes carteras de acción, las cuales tienen un alto potencial para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y una acción global para la adaptación y la resiliencia.
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Finanzas: movilización de fuentes de financiación para impulsar la descarbonización de todos los sectores prioritarios.
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Transición energética: aceleración del cambio de combustibles fósiles hacia la energía renovable.
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Transición industrial: transformación de industrias petrolera, siderúrgica, química, cementera, del gas o de la tecnología de la información.
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Medidas basadas en la naturaleza: reducción de emisiones, incremento de la capacidad de absorción y mejora de la resiliencia en silvicultura, agricultura, océanos y sistemas alimentarios, incluidos en la conservación de la biodiversidad, el impulso de cadenas de suministros y tecnología.
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Acción local y en ciudades: avance de la mitigación a nivel local, con un foco de especial atención en nuevos compromisos sobre edificios de bajas emisiones, transporte público e infraestructura urbana, y resiliencia para las personas pobres y vulnerables.
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Resiliencia y adaptación: fomento de los esfuerzos globales para abordar y gestionar los impactos y riesgos del cambio climático, particularmente en las comunidades y naciones más vulnerables